Wednesday, May 10, 2006

La "amenaza del Islam"

Raro es el día que no encontremos alguna publicación lesiva u ofensiva contra el Islam.
Hoy, como ayer el comunismo, el Islam es el peligro que necesita Occidente. Contra el Islam y bajo el pretexto de la libertad de expresión no se duda en ofender a más de la sexta parte de la población mundial. Pues bien en honor de la "sacra" libertad de expresión tan en boga por los temerosos de la amenaza del Islam, hagamos la siguiente comprobación. Qué es o quién es Occidente, qué es la amenaza del Islam, a qué y a quién amenaza el Islam.

La amenaza para Occidente no es otra que el propio Occidente; es su propia enfermedad que parte de la traición de Occidente a Occidente al desnaturalizarse y abdicar de sus propias tradiciones. Se ha despojado de toda espiritualidad y es por ello que ve la amenaza en la espiritualidad del Islam que sigue siendo una cultura global. ¿Quién amenaza a quién? La amenaza a Occidente siempre ha venido de su afán de modernización, una modernización basada en el igualitarismo, quien ha quebrado principio de saberse ser quien es, principio que por cierto fue introducido en el pensamiento filosófico Occidental por el Islam a través de España.

¿Quién atenta contra la cultura de Occidente? La amenaza contra la cultura occidental ha sido y es Occidente. No es a caso la traducción, de gran parte del pensamiento clásico musulmán, donde se refugiaban de la ignorancia e intolerancia de Europa todo el saber greco latino, la base filosófica y cultural de Occidente. ¿En España, fue la presión del Islam o la presión de Roma y Francia la que transformó el rito mozárabe para adoptar el rito latino, una medida que, además de contar con la oposición de la misma Iglesia española, supuso uno de los mayores genocidios culturales, una medida que solo tardo dos o tres generaciones para hacer desaparecer todo el saber de los pueblos iberos?
¿De donde nos viene la amenaza?, ¿del Islam? Sí, si como amenaza se entiende combatir el materialismo y consumismo de un sistema decadente, un sistema proteccionista cuya base de bienestar social se alimenta y fortalece de la explotación y el colonialismo, ayer militar y hoy político, económico y cultural, un sistema basado en la especulación, en el comercio virtual, en la usura, un sistema convertido en religión en cuyo altar se venera al "becerro de oro"? ¿Cuáles son los valores amenazados?, ¿aquellos en cuyo nombre los líderes de Occidente han asesinado a millones de seres humanos? Son Occidente y sus valores, unas veces mal utilizando el nombre de Dios, otras en nombre de la modernidad y otras en el de la civilización quienes han supuesto siempre una amenaza para los demás.

¿Cuáles son las instituciones amenazadas? ¿El Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio? Algo tendrán que ver estas instituciones con la muerte de casi quince millones de niños al año en los países subdesarrollados sin alcanzar los cinco años de edad; con los más de quinientos millones de afectados por la hambruna y algo tendrá que ver Occidente y sus instituciones con que casi un tercio del planeta viva en la pobreza y que otros tantos estén en el umbral de la misma. Todo esto mientras, que por recomendaciones y con el beneplácito de sus instituciones se vacían barcos de cereales en los océanos, se destruyen excedentes y se financian la producción que no sea rentable.

Desde los titulares, columnas y editoriales de los grandes medios de comunicación, preocupados más por sus balances económicos que por sus líneas editoriales, nos alertan de la amenaza del integrismo y el terrorismo. Nos alertan del terrorismo islámico sin definirnos terrorismo y lo identifican con la creencia de más de mil trescientos millones de creyentes. El terrorismo es una circunstancia, un hecho más o menos aislado, pero independiente del Islam… tan independiente como lo eran el terrorismo del IRA de la Iglesia Católica o el terrorismo de ETA de los vascos. Nadie acertadamente ha osado a catalogarlos de terrorismo católico o terrorismo vasco. Las calles y plazas de Paris, de Madrid o de otras capitales europeas lucen con orgullo los nombres de quienes un día se levantaron en armas contra los ocupantes. Pero se cataloga de actos terroristas a los actos de resistencia en Irak. Lo que para Occidente es un acto de violencia legítima, para los musulmanes se define como insurgencia y terrorismo.

Se nos habla del peligro del integrismo para la Democracia, ¿no es acaso la Democracia un sistema que adoptan los pueblos? ¿De que Democracia nos hablan? ¿De la Democracia de Pericles y sus veinte mil ciudadanos socorridos por sus ciento diez mil esclavos? ¿De la Democracia americana y su declaración en la que miles de negros tuvieron que sufrir asesinatos, privación de libertad y otras calamidades para ser reconocidos como personas? ¿La Democracia francesa que sufren en la Polinesia Francesa, en Martinica, Bonita y otras islas caribeñas? ¿No es acaso integrismo querer imponer a otros un sistema sin tener en cuenta sus creencias, su cultura, su filosofía…? ¿No es integrismo imponer la verdad absoluta e incuestionable de un pueblo a otro? ¿no es acaso terrorismo de estado lo que estadounidenses y británicos, con la complicidad del gobierno del Partido Popular, están haciendo en Irak? El Imperio Americano necesita de un enemigo, necesita de campos de ensayos para poner a punto su maquinaria mortífera, necesita sanear su economía, hoy como ayer necesita del negocio de la guerra, el imperio AMWAY y sus secuaces necesitan de la aversión al Islam, necesitan del choque de civilizaciones.

Abderrahman Benyahya

Melilla Hoy

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