Israel ataca en Beirut el cuartel general del líder de Hizbulá y los alrededores de la embajada de Irán
La aviación israelí ha atacado un bastión del grupo islámico Hizbulá ubicado en un suburbio del sur de Beirut y las inmediaciones de la embajada iraní. Al menos dos misiles impactaron en el barrio Haret Hreik, donde la milicía chií tiene su Secretaría General y una estación de radio que ha sido alcanzada. Mientras, se retira del centro de Gaza.
El líder de Hizbulá, Hassan Nasrala, salió ileso del ataque que destruyó el edificio donde reside. Después de este bombardeo, Nasrala declaró la "guerra abierta" a Israel, en un discurso televisado en el que prometió bombardear todos los objetivos a su alcance en el Estado judío.
Las fuerzas israelíes lanzaron una nueva oleada contra Beirut. A esa hora se escucharon tres grandes explosiones, de una intensidad superior a las anteriores, y se vieron columnas de humo en el sur de la capital. Decenas de bloques de apartamentos quedaron destrozados tras el ataque, informa Javier Espinosa desde Beirut.
A lo largo de la jornada, al menos un centenar de cohetes Katiusha disparados por la milicia libanesa Hizbulá han caído en suelo israelí.
El Gobierno sanguinario israelí decidió seguir adelante con los ataques contra el Líbano según el plan que tiene establecido después de haber analizado la evolución de la situación. La decisión fue tomada entre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y los siete miembros del gabinete responsables de ministerios implicados en la operación militar contra el Líbano.
Poco antes de la medianoche, el Ejército israelí bombardeaba diferentes puntos de la carretera internacional que une Beirut con Damasco, que quedó bloqueada al tráfico. Una portavoz explicó que el objetivo era "cortar las vías de contrabando de armamento hacia el Líbano, pero, sobre todo, impedir que los dos soldados puedan ser sacados del país".
En su intento por bloquear las comunicaciones del Líbano, aviones israelíes han vuelto a bombardear el aeropuerto internacional Rafic Hariri, después del primer ataque del jueves. Por la noche bombardearon los tanques de gasolina y ya por la mañana de nuevo las pistas y por vez primera los edificios del aeródromo.
AGENCIAS
El líder de Hizbulá, Hassan Nasrala, salió ileso del ataque que destruyó el edificio donde reside. Después de este bombardeo, Nasrala declaró la "guerra abierta" a Israel, en un discurso televisado en el que prometió bombardear todos los objetivos a su alcance en el Estado judío.
Las fuerzas israelíes lanzaron una nueva oleada contra Beirut. A esa hora se escucharon tres grandes explosiones, de una intensidad superior a las anteriores, y se vieron columnas de humo en el sur de la capital. Decenas de bloques de apartamentos quedaron destrozados tras el ataque, informa Javier Espinosa desde Beirut.
A lo largo de la jornada, al menos un centenar de cohetes Katiusha disparados por la milicia libanesa Hizbulá han caído en suelo israelí.
El Gobierno sanguinario israelí decidió seguir adelante con los ataques contra el Líbano según el plan que tiene establecido después de haber analizado la evolución de la situación. La decisión fue tomada entre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y los siete miembros del gabinete responsables de ministerios implicados en la operación militar contra el Líbano.
Poco antes de la medianoche, el Ejército israelí bombardeaba diferentes puntos de la carretera internacional que une Beirut con Damasco, que quedó bloqueada al tráfico. Una portavoz explicó que el objetivo era "cortar las vías de contrabando de armamento hacia el Líbano, pero, sobre todo, impedir que los dos soldados puedan ser sacados del país".
En su intento por bloquear las comunicaciones del Líbano, aviones israelíes han vuelto a bombardear el aeropuerto internacional Rafic Hariri, después del primer ataque del jueves. Por la noche bombardearon los tanques de gasolina y ya por la mañana de nuevo las pistas y por vez primera los edificios del aeródromo.
AGENCIAS
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