Saturday, January 06, 2007

Ejecución de Saddam, un pretexto para aumentar las crisis étnicas y religiosas

Una semana después de la ejecución de Saddam Hussein, EE.UU, los medios informativos occidentales y las entidades dependientes de ellos han tratado de crear un ambiente de propaganda negativa y exacerbar las confrontaciones étnicas y religiosas en la región para cubrir sus fracasos y desventuras así.

En los años 80, Saddam se convirtió en un símbolo de violencia, guerra y crímenes de lesa humanidad. EE.UU, el Régimen Sionista y la Ignorancia Árabe tuvieron un papel innegable en este proceso. En el año 2003, Saddam fue victima de sus propias exageraciones y por haber actuado en contra de los intereses de EE.UU, expuso su país a la invasión norteamericana. El equipo belicista de Bush que bajo las instigaciones de los sionistas durante muchos años tenía intenciones de hacerse con el control directo y completo de los pozos de petróleo en la región, encontró una excusa y ocupó Iraq. Pero debido a la conciencia del pueblo iraqui esta ocupación militar no les salió a los norteamericanos y sionistas tal como esperaban.

Bush y los extremistas norteamericanos que a fin de engañar a la opinión pública se aferraron a la democracia y la lucha contra el terrorismo como una artimaña política para ocupar Iraq, se resisten ahora ante las solicitudes legítimas de los ciudadanos iraquíes. Ahora los ocupantes no tienen más que 2 opciones: la primera es rendirse ante los deseos del pueblo iraqui, entregar el poder a los iraquíes y salir de este país, y la segunda es encontrar alguna excusa para continuar la ocupación de Iraq y perseguir sus objetivos verídicos en conseguir un dominio absoluto sobre la Región.

Sin duda, EE.UU no está dispuesto a rendirse ante los deseos del pueblo iraqui. Además, el lema de la lucha contra el terrorismo y el establecimiento de la democracia no son más que un engaño ya que el objetivo verdadero de EE.UU en ocupar Iraq era dominar el ámbito estratégico del Golfo Pérsico y los pozos de petróleo así como ayudar a los sionistas a salir del callejón sin salida en que se encuentran. Es por esta razón que frente a los retos existentes, EE.UU ha adoptado una estrategia peligrosa y complicada como parte complementaria de sus proyectos en Iraq. En este mismo contexto organiza el terrorismo desenfrenado existente en Iraq con la ayuda de los extremistas y dependientes, tales como los basitas y miembros de Al-Qaeda. En esta misma dirección, tras la ejecución de Saddam Hussein, los miembros del Partido Basita de Iraq en un comunicado denominaron al sucesor de Saddam; los medios informativos norteamericanos y británicos han reflejado ampliamente esta noticia y han dirigido sus ataques y acusaciones hacia Irán y los chiítas. Lo peligroso en esta conspiración es abusar de los regimenes retrogradas árabes como partidarios de los sunnitas y empeorar las confrontaciones étnicas y religiosas.

No cabe duda que los norteamericanos y sionistas intentan provocar un ambiente de crispación, desconfianza y crisis para empezar una guerra de religiones en la Región para materializar el antiguo sueño de los sionistas en impedir la unidad de Oriente Medio ante los verdaderos enemigos y agresores.

IRIB

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