Saturday, October 06, 2007

Birmania: Fracaso total de la 'revolución de los monjes' apoyados por la CIA y sus socios sionistas

Tal como ya sucedió en Bielorrusia y Kazajstán (donde los gobiernos pro-rusos exterminaron a sangre y fuego a los dos últimos intentos de "revolución naranja" de la CIA), la Junta Militar birmana aplastó la "revolución de los monjes" apoyada por EEUU y la UE, desoyó los llamamientos de la ONU e ignoró a su emisario, encarceló masivamente a los monjes budistas, impuso controles férreos sobre los medios de comunicación, estrechó el cerco sobre los seguidores de la "líder de la oposición" sostenida por las ONG (de "derechos humanos") controladas por la CIA, y sentó un precedente en el sudeste asiático: Washington y sus socios sionistas de la UE tienen vedado el ingreso y las operaciones desestabilizadoras en las áreas de influencia asiáticas de la sociedad estratégica Rusia-China, sostenedora del régimen militar que gobierna Birmania. No obstante su derrota en este primer round, el eje sionista EEUU-UE ya lanzó otra operación internacional contra los militares aliados de Rusia y de China.

Pese a relajar gradualmente la represión callejera por huida de los manifestantes, el régimen militar birmano estrechó su férreo control sobre la principal ciudad de Myanmar, mientras continuaba el viernes arrestando a decenas de personas e interrogando a cientos de detenidos durante la (calificada por la prensa sionista como) "despiadada represión" a una serie de marchas a favor de la "democracia".

En solo 72 horas de represión callejera combinada con detenciones masivas de monjes y de opositores, acompañada de un control estricto sobre la prensa internacional sionista que "cubre los acontecimientos", la junta militar birmana abortó una operación diseñada desde las usinas "democratizadoras" (léase golpistas) de Washington y sus aliados europeos, principalmente Francia y Gran Bretaña, quienes paralelamente intentaron -también sin éxito- condenar y aislar internacionalmente a los generales desde su "bunker de control" en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Para los expertos, no es ningún secreto que EEUU y sus socios de la Unión Europea, utilizando la fachada de las organizaciones no gubernamentales (ONGs), vienen realizando campañas desestabilizadoras y golpes de Estado (llamados "revoluciones naranja" o "golpes populares") contra gobiernos pro-rusos en el espacio post-soviético de Asia y Europa del Este.

Como ya se ha revelado a través de la historia, la maquinaria internacional EEUU-UE, durante todos esos procesos, intentó sustituir a líderes nacionalistas ex soviéticos por otros "más democráticos" aliados de "occidente", como fue el caso de Yushenko en Ucrania, cuya campaña fue alevosamente financiada y dirigida desde el Departamento de Estado norteamericano, por su propia esposa, que trabajó como asesora de Bush.

Las protestas y los movimientos de caos planificado y desestabilización callejeros tras comicios electorales (Georgia, Ucrania y Bielorrusia) fueron organizados por ONG financiadas y dirigidas por Washington utilizando las redes económicas de la CIA canalizadas a través de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) , según informes de la inteligencia rusa expuestos en el Parlamento moscovita.

La maniobra fue ensayada en Georgia (2003) y Ucrania (2004) con las denominadas "revoluciones naranja" o "revoluciones de terciopelo", y otros tantos intentos se probaron con Kazajstán, Azerbaiyán, Uzbekistán y Bielorrusia, donde no pudieron obtener los resultados esperados.

La prensa internacional sionista se muestra "sorprendida" por la actitud de "indiferencia" que muestran los generales birmanos frente a la presión diplomática de EEUU y la UE para que detengan la "represión" e inicien un "diálogo pacífico" con el clero budista y la oposición "democrática", obviamente pro-Washington y pro-UE.

En sus primeras declaraciones oficiales desde la visita del enviado de la ONU Ibrahim Gambari esta semana, el jefe de la Junta Militar, el general Than Shwe, un especialista en guerra psicológica entrenado en Rusia, dijo que sólo "hablaría" con la activista detenida, Aung San Suu Kyi, considerada como icono de la "democracia y los derechos humanos" por EEUU y la UE, si ella abandona sus "medidas de obstrucción".

Than Shwe dijo a Gambari, el emisario de la ONU (o sea, el operador de EEUU y la UE) que Suu Kyi, que estuvo detenida durante 12 de los últimos 18 años, es "conflictiva" y está a favor de la "absoluta devastación", señaló la televisión estatal, sin explicar el contenido de esa acusación.

De cualquier manera, la llamada "prensa occidental", particularmente de EEUU y Europa, interpreta que los jefes militares apoyan su actitud de soberbia y "no negociación" luego de tomar el control por medio de represiones violentas que la semana pasada, dejaron más de 60 muertos, según la oposición.

Curiosamente, esta misma prensa no se "escandaliza" con los asesinatos diarios de EEUU y la alianza sionista en Irak y Pakistán, o con las masacres rutinarias de Israel en Gaza, las que publica con títulos y lenguaje casi "burocrático", como si las mismas formasen parte del paisaje "normal" del mundo.

Los analistas de las cadenas norteamericanas coinciden en que el régimen birmano, sostenido por Rusia y China en el Consejo de Seguridad, ha dado un ejemplo emblemático de lo que EEUU y la UE van encontrar, de ahora en más, en sus operaciones de apoyo (y de manipulación encubierta) a los "procesos democráticos" que impulsa Washington en áreas del espacio post-soviético controladas por gobiernos pro-rusos.

Para un conjunto de "expertos" occidentales, la "revolución de los monjes" en Birmania (motorizada y organizada clandestinamente por la CIA y las grandes cadenas sionistas) forma parte de la "guerra fría" por áreas de influencia que mantienen Rusia y EEUU, y en la que se ve implicada China, por sus acuerdos comerciales y militares estratégicos con Rusia en Asia.

China mantiene acuerdos comerciales, militares y energéticos con Birmania, mientras que Rusia, además de ser el principal proveedor de armas al régimen birmano, está construyendo, por un acuerdo firmado en 2006, una planta nuclear en el país.

Según Reuters, el emisario de la ONU, Gambari, fue enviado a Myanmar para "persuadir a los generales de que abandonen la represión" contra las protestas y hablen con Suu Kyi, pero las informaciones sobre abusos verbales y físicos sugieren que Than Shwe está "prestando poca atención a los llamamientos a la moderación".

En las últimas horas los generales incrementaron el "cerco" contra los templos budistas y las "usinas" de la oposición, a la vez que decían "estar abiertos al diálogo", mientras el representante de la ONU declaraba haber "fracasado" en su intentona de convencer a la junta castrense de que abra las compuertas de la "democracia" en Birmania (la misma "democracia" que Bush y sus socios europeos exportan -con marines incluidos- a todos aquellos países incursos en el "eje del mal", caso de Birmania).

El fracaso de la "revolución de los monjes" (réplica de las "revoluciones naranja" de la CIA en Asia) se hizo más ostensible en el curso de esta semana, y la respuesta del eje sionista EEUU-UE no se hizo esperar.

El contraataque sionista

Hizo punta el sucesor de Tony Blair, el primer ministro británico, Gordon Brown, quien expresó este sábado su deseo de que la Unión Europea imponga nuevas sanciones a la represión ejercida por la Junta Militar birmana contra las "protestas pacíficas" encabezadas por los monjes budistas de la semana pasada.

Entre las sanciones que impulsa el primer ministro británico, se encuentra la prohibición de que las empresas extranjeras inviertan en el país asiático, y que cobren efecto inmediato, durante su discurso inaugural de la jornada mundial de protestas contra el régimen birmano.

"El mundo ha expresado su ira ante las atrocidades cometidas contra el pueblo birmano", declaró el mandatario de la primera potencia aliada de EEUU en Europa, durante un discurso televisado tras reunirse con una delegación de monjes en su oficina del 10 de Downing Street.

"Quiero que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas supervise un proceso de reconciliación en Birmania, liderado por el secretario general, y quiero que la UE establezca nuevas sanciones contra el régimen para dejar absolutamente claro a la Junta que no toleraremos sus abusos", señaló amenazante el sucesor de Blair.

Simultáneamente, EEUU, Francia y Gran Bretaña acordaron este sábado el borrador de declaración a favor de la "reconciliación nacional en Birmania", aunque los otros dos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China, no se unieron a la iniciativa, que no se trata de otra cosa que de imponer a la junta militar la impronta de "apertura democrática" para operar -desde adentro- otro golpe institucional "pro-occidental".

Las potencias firmantes (el eje sionista de costumbre) añadieron que quieren organizar una acción en respuesta a la violenta represión usada por el Gobierno birmano contra la "revolución de los monjes", también llamada "revolución del azafrán".

Los miembros del Consejo de Seguridad se reunieron a puerta cerrada después de haber escuchado el informe del enviado especial de la ONU a Birmania, Ibrahim Gambari (desairado y casi ignorado por el gobierno militar).

Luego de la reunión, el embajador estadounidense, Zalmay Khalilzad, remarcó que Washington está preparado para "ir más lejos" con los militares birmanos.

"Estados Unidos está horrorizado por la brutal represión que se ha llevado a cabo por el régimen birmano contra su propia población", dijo en forma increíble el representante de la potencia imperial que asesina a decenas de civiles a diario en Irak y Afganistán.

"Si la Junta no responde a las demandas de la comunidad internacional Estados Unidos está preparado para introducir una resolución en el Consejo de Seguridad para la imposición de sanciones" incluyendo un embargo de armas, añadió el embajador de EEUU ante la ONU.

En tanto, el aparato internacional de "derechos humanos" controlado por EEUU y las potencias sionistas europeas comenzaron una operación orientada a respaldar la embestida contra la junta militar birmana lanzada desde la ONU.

Según la agencia AFP, miles de personas en Nueva Zelanda y Australia fueron las primeras en manifestarse este sábado contra la "represión de los militares birmanos", en una jornada mundial de protestas que también llegó a los países vecinos del régimen.

El color dominante en esa manifestaciones era el azafrán, como el que lució en Birmania en septiembre cuando los monjes budistas lideraron las manifestaciones contra el la junta militar hasta que fueron "duramente reprimidas", señala AFP.

Otras marchas reunieron a miles de personas en Australia, sobre todo en Sidney, y en menor medida en distintas capitales asiáticas, entre ellas Bangkok, Nueva Dehli y Kuala Lumpur.

Durante la jornada del sábado estaban previstas manifestaciones en Europa (Francia, Bélgica, España, Irlanda, Austria, Noruega), Canadá y Estados Unidos.

En Nueva Zelanda hubo manifestaciones en varias ciudades. Su primera ministra, Helen Clark, de visita en Europa, envió un mensaje de apoyo.

"La población birmana hizo todo lo que podía; unos fueron detenidos, otros murieron. Ahora le toca a la comunidad internacional", señaló Clark.

Siguiendo los dictados de Washington en la ONU, Andrew Beswick, responsable de Amnistía Internacional (AI) en Australia, pidió un embargo de armas contra Birmania.

"Birmanie libre" clamaban los congregados en la capital de Tailandia con fotos de la opositora y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.

En India, el otro gran país vecino de Birmania, hubo una concentración silenciosa en Nueva Dehli. En Kuala Lumpur los manifestantes encendieron velas.

En Seúl se prevé una concentración el domingo.

Desde Londres, la secretaria general de AI, Irene Khan, dijo que estas acciones son "necesarias para hacer visible la presión sobre las autoridades birmanas, para que paren la violencia, garanticen la seguridad de los detenidos y liberen a los presos de conciencia".

Todo este movimiento, coordinado por medio organizaciones y ONGs internacionales (subsidiadas por la CIA y por las transnacionales, en su mayoría) están destinados a respaldar el proyecto de declaración que impulsaron el viernes Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, los tres miembros permanentes occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU, que condena "la represión violenta" ejercida por los generales birmanos.

Como se puede apreciar, el aparato sionista diplomático-"humanista"-mediático imperial (desplegado a nivel global) funciona con la precisión de un reloj a la hora de aislar a los malos del "eje del mal", esta vez simbolizado en la junta militar birmana, un hueso que se presenta como "duro de roer" para los impulsores de la "democracia" made in USA.

IAR-Noticias

Labels: , , , , , , ,

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home