Wednesday, May 17, 2006

Posible fragmentación interna de los republicanos estadounidenses por la actitud de Bush

Los republicanos de los Estados Unidos están a punto de fragmentarse debido al incremento del descontento general por las actuaciones del presidente de este país, George W. Bush, y la plana mayor de mandos conservadora cristiana anda diciendo sin ambages que si Bush no cambia sus maneras antes de los comicios no votarán a los candidatos republicanos que le apoyen.

Uno de los ejes en los que el mandatario norteamericano se sustenta es el de los conservadores cristianos, y al parecer también a éstos los va a perder.

Los resultados de algunas encuestas realizadas en EEUU indican asimismo que más del 60 % de los conservadores norteamericanos dicen que ya no se fían del Bush.

Según estas encuestas, que han realizado de forma conjunta la agencia de noticias de Associated Press y el instituto IPSAS, cuyos resultados se hicieron públicos el pasado 5 de mayo, sólo en 13% de los republicanos opinan que la labor de Bush es muy buena. En esta misma fecha la cadena norteamericana CBS y de forma simultánea a la publicación de este informe entrevistó a un norteamericano conservador residente en Norteamérica quien decía claramente que “este es el presidente más torpe que ha habido en EEUU hasta ahora”.

Uno de estos líderes conservadores cristianos anunció el pasado lunes que los conservadores están muy enfadados con la política gubernamental de actual presidente.

Richard Viguri, que así se llamaba, señaló que “la única solución es que los republicanos sufran una derrota como castigo en las elecciones al congreso que se celebrarán este año ”.

Los conservadores cristianos, además de todas estas numerosas cuestiones exteriores y nacionales, también dejan en entredicho las actuaciones de Bush y de su gabinete cuando las miran bajo el punto de vista religioso y dicen estar descontentos por lo suave que se muestra el gobierno ante cuestiones como el aborto, la inmigración y el matrimonio entre homosexuales.

Charly Coock, un analista político imparcial, dijo a la prensa norteamericana que en las actuales condiciones, para Bush tiene vital importancia incluso el obtener el apoyo de los líderes de partidos de menos calibre conservadores. “Bush se encuentra en una posición débil y una falta de apoyo de parte de los conservadores, incluso si éstos no tienen mucha influencia, sería para él un gran varapalo”, aseguró.

El acusado descenso de la popularidad del mandatario norteamericano ha llegado a tal punto que tiene visos de batir un nuevo record y dejar atrás a Richard Nixon, quien en la década de los setenta tuvo que dimitir del gobierno por el sonado caso Watergate. En efecto, con su 30% de popularidad, Bush se encuentra a sólo unas décimas de Nixon, aunque Carl Rove, el cerebro del Gobierno de Bush, que también se le ha abierto un expediente por difundir información confidencial, diga que los resultados de estas encuestas son subjetivas e imprecisas.

Este consejero de Bush dijo el pasado lunes en Washington en una rueda de prensa: “Los americanos piensan que Bush es un buen hombre y las encuestas que realiza nuestro partido son correctas”, y también acusó a la prensa de querer minar la popularidad de Bush con sus noticias e informes.

Rove dijo que “los resultados de nuestras encuestas demuestran que la razón del leve descenso de popularidad de Bush sólo se debe a la guerra de Irak”. Cuando la gente enciende sus televisores y ven los cadáveres de sus soldados muertos en Irak se enfada.

IRNA

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