Saturday, August 19, 2006

Washington Post: "Esta es la guerra de Condi. Y no la ganó"

La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, está en crisis. Tras seis años como columna de la Administración Bush, la "estrella del rock" del Gobierno estadounidense, según la definió The New York Times, es objeto por primera vez de fuertes críticas. Y el motivo es Oriente Próximo.

Antes incluso de que el polvo levantado en el Líbano se haya asentado, EEUU parece tras cuatro semanas de guerra y negociaciones diplomáticas uno de los perdedores. "Esta es la guerra de Condi. Y hasta ahora, según parece, no la ganó", escribió el politólogo James Mann en el Washington Post. Por todas partes se encuentran nuevos motivos de derrota. "Estados Unidos sufrió un fuerte perjuicio en su imagen como negociador neutral", aseguró el diario de masas USA Today.

Un agrio debate sobre el rumbo de EEUU en el mundo denota la crisis de la política exterior del país más poderoso del planeta. La derecha exige vehementemente una política aún más agresiva, con guerra o incluso tortura "para defender a Occidente de los fascistas islámicos". Los políticos liberales, por el contrario, se quejan del fracaso de la diplomacia estadounidense y piden diálogo directo con los mandatarios de Damasco y Teherán.

La cita de Rice calificando el conflicto en Iraq y el Líbano "como el nacimiento de un nuevo Oriente Próximo" es considerada casi por todos como la prueba de la errónea valoración de la verdadera situación del Gobierno de Bush. Rice y Bush dan una impresión ahora extrañamente indecisa. Los objetivos fijados en el conflicto del Líbano parecen no haberse alcanzado: ni Hezbolá fue derrotado, ni creció la rabia de los libaneses contra la milicia islámica como responsable de la destrucción, ni disminuyó la influencia de Irán o Siria, ni el camino para una paz duradera parece allanado. Y este amargo balance lo hacen sobre todo periódicos y expertos políticos conservadores.

El Gobierno Bush logró con la resolución de la ONU casi justamente lo que pretendía impedir, aseguró el The Wall Street Journal: que todo permaneciese igual que antes. Y todavía es peor, añadió, que Hezbolá haya podido hacer frente a Israel militarmente.

"En Pascua, Hezbolá puede estar todavía armado y ser peligroso, y entonces este episodio se demostrará como un desastre y una humillación de Estados Unidos", advirtió The Washington Post. Las "debilidades" del país costarán en el futuro "más dinero y más sangre", predijeron ambos diarios, segun DPA.

La derecha está decepcionada con Bush desde que se esfuerza por resolver las crisis con diplomacia y cooperación internacional. El republicano Newt Gingrich denostó las conversaciones en la ONU como "un proceso sin sentido desde hace 30 años".

Uno de los padres de los neoconservadores, Norman Podhoretz, de 76 años, fue todavía más claro en The Wall Street Journal: se trata de la "supervivencia de la civilización occidental" y el Líbano es sólo un nuevo frente en la nueva guerra mundial.

Irán está poniendo a prueba la determinación y fortaleza de Occidente, continuó. Y en Iraq es necesario que los servicios secretos consigan mejor información, lo que "sólo puede obtenerse presionando a los detenidos". Todo el debate sobre las torturas es sólo un medio de "desarmarnos", aseguró. La política de apaciguamiento es una capitulación y los "próximos 20 años serán muy duros", pronosticó.

Los liberales estadounidenses piden, en lugar de la confrontación y el militarismo, optar por una nueva diplomacia. La política de Bush amenaza con "entregar toda la región a los ayatolás", advirtió The New York Times, para quien el apoyo del presidente al desarrollo democrático tiene un "efecto boomerang" que sólo fortaleció a "los extremistas".

El ex embajador de EEUU en la ONU Richard Holbrooke escribió que el conflicto del Líbano significa "la mayor amenaza para la estabilidad global" desde la crisis de los misiles de Cuba en 1962. Con su política, aseguró, Bush aglutinó a todos los enemigos de EEUU.

El renombrado periodista de investigación Seymour Hersh afirmó citando fuentes de los servicios secretos y diplomáticas que los ataques de Israel en el Líbano fueron un ensayo para la guerra en Irán. Los resultados en el Líbano, sin embargo, poco pueden alentar a Bush a atacar Irán: en la "guerra asimétrica" contra Hezbolá, Israel no ha podido presentarse como vencedor.

IRNA

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